domingo, 13 de junio de 2010

Fundamentación del proyecto

¿Podemos tener problemas auditivos al exponernos a ruidos intensos?
La exposición a sonidos intensos durante un periodo de tiempo significativo, puede producir pérdida de audición, que en un principio es recuperable cuando el ruido cesa. Se produciría un cambio temporal de la capacidad auditiva que es reversible durante las primeras 24 horas (Roeser, R. y otros, 2000). Sin embargo, con el tiempo, dicha pérdida puede llegar a ser irreversible y además producir dificultades en la percepción de un mayor número de sonidos (Roeser, R. y otros, 2000). La pérdida auditiva inducida por ruido afecta al oído interno, al estar expuesto a sonidos mayores 80 dBA (Katz, J. 2002). El problema puede comenzar con la percepción de sonidos en los oídos (tinnitus) para luego desencadenarse una pérdida de audición que es notoria por el paciente y su entorno. Pero no sólo los problemas pueden ser auditivos, sino que también el ruido puede provocar una serie de trastornos más ligados a lo psicológico tales como malestar general, problemas en el sueño, deterioro en el rendimiento cognitivo en adultos y niños, o también biológicos: aumento en niveles de estrés, alteraciones hormonales y alteraciones en la presión sanguínea (Stansfeld, S y Matheson, M. 2003).

¿Nuestro entorno es ruidoso?
En la vida diaria, sobretodo en las grandes ciudades como la nuestra, son innumerables las fuentes generadoras de ruido. El ruido ambiental es un factor medioambiental muy importante y que incide en la calidad de vida. En nuestro medio se han publicado algunos estudios que dan cuenta de los lugares con mayor producción de ruido en Santiago. Así por ejemplo, se ha descrito que las discotecas son el lugar con mayor contaminación acústica, seguidos del transporte público (Platzer y otros, 2007). Dentro de este último, el Metro es quien tiene los niveles de ruido más altos y al ser comparadas las mediciones con datos previos se puede concluir que los niveles se han mantenido en general estables en los últimos 25 años. En dicho estudio los ivestigadores señalaron que “ya en ese entonces, se concluía que los niveles encontrados sobrepasaban todos los límites recomendados, pese a lo cual no ha habido cambios” (Platzer y otros, 2007).

¿Es dañino el uso de aparatos portátiles para escuchar música?
Por si sólo el utilizar aparatos de reproducción musical como los MP3 llevaría a los adolescentes a caer en conductas auditivas inadecuadas, tales como escuchar a niveles de volumen elevado y no preocuparse de limitar la máxima intensidad del aparato (Vogel, I y otros, 2009). Vogel y otros (2009) observaron que el 99% de los jóvenes participantes reconoció utilizar mp3: 32, 8% lo hacían en forma frecuente y el 48% lo usaba a un alto volumen. Sólo el 6,8% usaba los limitadores de ruido que incorporaban los aparatos.

Los reproductores musicales portátiles (mp3, map4, etc.), a alto volumen (75% a 100% de la intensidad máxima) alcanzan el equivalente a 1 dosis de ruido permitida diariamente (24 horas) en un tiempo variable que puede llegar a ser tan corto como 29 minutos (Breinbauer, H. Anabalón, J. 2009). Resulta preocupante que si utilizamos el 75% de volumen se alcanza una dosis de ruido hasta en 1,9 horas, pero a 100% se alcanza hasta en 4,5 minutos (Breinbauer, H. Anabalón, J. 2009). A pesar de que muchos aparatos vienen incorporados con limitadores de ruido, que ajustan automáticamente o avisan cuando se alcanza un nivel peligroso, son pocos los usuarios que conocen o usan estas propiedades de los reproductores musicales. (Vogel, I y otros, 2009)

¿Puedo tener aún mayores problemas si los uso en lugares ruidosos?
Si a lo anterior se le suma el hecho que el sistema de transporte público presenta niveles elevados de ruido ambiental, el riesgo potencial de presentar pérdida auditiva inducida por ruido sería mucho mayor. Según un estudio publicado recientemente en el “International Journal of Audiology”, Hodgetts, W. y colaboradores (2009) demostraron que los sujetos que utilizan aparatos de reproducción musical, tienden a aumentar excesivamente el nivel de volumen cuando se encuentran en ambientes donde existe un ruido ambiental competitivo (sonido de maquinaria u otro sonido).



¿Cuando se manifiestan los problemas por escuchar música a altas intensidades?
Debido que la pérdida auditiva producida por los aparatos musicales portátiles es progresiva y que en un comienzo afecta a los sonidos que no están directamente relacionados con el habla, los sujetos expuestos a ruidos ambientales dañinos no perciben los efectos a corto plazo. Nuestro proyecto enfocará sus esfuerzos en desterrar la falsa creencia de que los problemas auditivos comienzan sólo a una edad avanzada. Investigaciones realizadas en Estados Unidos (Niskar y otros, 2001) estimaron que el 12,5% de los niños entre 6 y 19 años tienen un desplazamiento de los umbrales auditivos en uno o ambos oídos, que han sido inducidas por el ruido.

A pesar de los datos que nos entregaron los anteriores estudios decidimos conocer el estado del problema en la población de jóvenes de nuestra facultad. Se encuestó a un grupo de estudiantes de la carrera de Fonoaudiología de la Facultad de Medicina que utilizan el sistema de transporte público. Gran parte de los 55 jóvenes encuestados utilizaba aparatos de reproducción musical, dentro de los cuales el transporte público es uno de los ambientes con mayor frecuencia de uso (72%). Además, el 69% de los alumnos reconoce que sube excesivamente el control de volumen de su reproductor en ambientes donde existe mayor ruido ambiental.

Pese a que a pérdida auditiva inducida por ruido es abordada en los contenidos de las asignaturas de pregrado de gran parte de los encuestados (estudiantes 3º año carrera de Fonoaudiología), el 43% de los jóvenes manifestó que es poco probable que reduzcan el tiempo que utilizan sus reproductores musicales. Además, el 34% cree poco probable que dejará de utilizar sus reproductores en ambientes ruidosos. Podemos suponer que si es posible encontrar estas conductas nocivas en sujetos con cierto grado de formación en el área, en el común de la población la desinformación será mucho mayor.

¿Por qué creemos que es importante nuestro proyecto?
Consideramos que nuestro proyecto es importante ya que la población en que está enfocado, los jóvenes, son los usuarios más frecuentes de los reproductores mp3, mp4, Ipod, etc. El uso de reproductores musicales es algo común de observar en personas que realizan ejercicios y sobretodo en usuarios de transporte público. Como se mencionó previamente es probable que los niveles de intensidad alcanzados en ambientes con mayor contaminación acústica sean mayores. Pese a que el problema mencionado anteriormente afecta a un gran porcentaje de la población, no existen políticas lo suficientemente efectivas para combatirlo.


¿Dónde puedes encontrar más información?
Libros:
• Katz J. (2006) Handbook of Clinical Audiology. 5º edición Baltimore: Editorial Lippincott Williams & Wilking,
• Roeser, R. Valente, M. & Hosford-Dunn, H. (2000) “Audiology Diagnosis”, Ed. Thieme Medical Publishers Inc.

Artículo revista:
• Breinbauer, H. Anabalón, J. (2009) Reproductores de música personal: Una conducta de riesgo emergente. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello: 69: 213-220
• Hodgetts, W., Szarko, R., Rieger, J. (2009) .What is the influence of background noise and exercise on the listening levels of iPod users? International Journal of Audiology. Volumen 48:12, pág.: 825 - 832.
• Jofré D, De la Paz F, Platzer L, Anabalón J, Grasset E, Natalia Barnafi. (2009) Evaluación de la exposición a ruido social en jóvenes chilenos. Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello,69: 23-28
• Niskar AS, Kieszak SM, Holmes AE, Esteban E, Rubin C, Brody DJ. (2001) Estimated prevalence of noise-induced hearing threshold shifts among children 6 to 19 years of age: The Third National Health and Nutrition Examination Survey, 1988–1994, United States. Pediatrics.; 108 :40
• Platzer L. Iñiguez R. Cevo J. Ayala F. (2007). Medición de los niveles de ruido ambiental en la ciudad de Santiago de Chile, Rev. Otorrinolaringol. Cir. Cabeza Cuello,67: 122-128
• Stansfeld, S y Matheson, M. (2003) Noise pollution: non-auditory effects on health. British Medical Bulletin; 68: 243–257.
• Vogel, I. Verschuure, H. Van der Ploeg, P. Brug, J and Raat, H. (2009) Adolescents and MP3 Players: Too Many Risks, Too Few Precautions. Pediatrics:123;e953-e958